Esta estatua es un recuerdo de los reseros que arreaban las reses por las tierras hasta el matadero, además eran los responsables de las condiciones en que llegaba el ganado. Con la aparición de medios de transporte capaces de transportar la hacienda, fue desapareciendo la figura del resero.
El monumento se originó en el Palais de Glace sobre la Plaza Alvear. Fernando Ghío convenció al intendente De Vedia y Mitre, que el lugar apropiado para el monumento era frente a la entrada del Mercado de Hacienda, se inauguró allí en 1934.
Originariamente la base de la estatua tenía unos pocos centímetros y de lejos daba la sensación de estar sobre el césped. Los niños se subían al caballo y se decidió elevar la base. Además en 1995 se enrejó para protejerla aún más.
Esta obra la realizó el escultor Emilio Sarguinet, que se especialisa en figuras de animales. El caballo tiene una particularidad: adelanta las dos patas derechas al mismo tiempo. Esto se debe a que es un caballo criollo y a estos animales se los adiestra a caminar de ese modo, con suavidad. Esta forma de caminar hacía que el resero pudiera dormitar mientras andaba a caballo sin riesgo a caerse, permitiéndole más estabilidad.